lunes, marzo 19

457. Mi huerto, mi matrix.

Me presento frente a la coliflor cuchillo en mano, erigido como el que da y quita la vida en esa parcela de 3x4. Me inclino y de un tajo le quito a la tierra lo que el mes pasado le di.
Esa sensación de control se desvanece en pocos segundos, recolectar coliflores difiere mucho de arrancar cebollas, esta hortaliza enseguida toma las riendas, te mira a los ojos y te restriega por la cara su estirpe fractal, princesa de un universo binario donde la imperfección humana nos acaba relegando a las mazmorras.
Pero renace mi naturaleza predadora: "Ya disfrutaste lo tuyo, vas directa a la olla...o no". Porque ¿quién puede con una coliflor entera? las familias numerosas ya pasaron a la historia. No hay más remedio que dejar la mitad para otro día, y cada vez que abra la nevera estará allí apagando y encendiendo la luz...
Para el invierno que viene un reto nuevo, plantaré romanescus, la col matemática.

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1 Comments:

At 9:33 a. m., Anonymous Anónimo said...

me agrado la disertiva pero date una vuelta por el sicologo

 

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