120. La fiebre me hace delirar...

Cuando tenía 15 años uno de los alicientes para ir a Madrid era una visita a Madrid Rock, la meca de los vinilos.
Con el tiempo las costumbres cambian, y la verdad es que ya no es lo mismo entrar en una tienda y probar LP's encima de un plato, con todo la parafernalia y el cuidado que poníamos, que ir al Corte Inglés y darle a los botones de una columna de compacts.
Ya no es igual la fascinación de comprar un disco. Antes sabías que lo ibas a escuchar 40 veces, que iba a estar entre tus manos horas y horas y que iba a ser uno de los 4 ó 5 que caería ese año. La apertura del disco la hacíamos con el mayor de los cuidados, armados con nuestro mejor cutter, para que la funda de plástico perdurará por los restos, era un ritual con una carga erótica impresionante.
Con la llegada del cd aparcamos el cutter y pasamos a prácticas más primarias, la apertura con los dientes, se perdió el romanticismo, era un consumible equiparable a un paquete de tabaco, y quizá algo de culpa tienen las discográficas en no haber cuidado este aspecto.
La proliferación del P2P ha sido definitiva y también la forma de obtener la música "alegalmente", que es lo que nos devuelve ese puntillo de seducción que se perdió con el cd sin importarnos si el original costaba 30 ó 4€.
En definitiva, nunca estuve en Madrid Rock, pero de haber pasado por la puerta la semana pasada dificilmente hubiera entrado.